CIUDAD DE MÉXICO, MARZO 16, 2025.- Ayer, el Zócalo de la Ciudad de México se convirtió en un espacio de memoria y exigencia. Velas encendidas, zapatos vacíos, pancartas con nombres y rostros, y el eco de gritos desesperados marcaron la protesta organizada por colectivos de familiares de personas desaparecidas.
No fue solo un homenaje, sino una denuncia contra la impunidad y la crisis de violencia que azota al país.
Según datos oficiales, México supera las 100 mil personas desaparecidas, aunque organizaciones civiles advierten que la cifra podría ser mayor. Las familias acusan al Estado no solo de omisión, sino de complicidad en un fenómeno que ha convertido al país en un cementerio clandestino.
«No son errores, son crímenes de Estado», reclamó una de las manifestantes.
El evento también sirvió para exigir respuestas sobre las fosas clandestinas que siguen apareciendo en diversas regiones. Mientras el gobierno promete acciones, los colectivos insisten en que la justicia sigue siendo selectiva y que el país se encuentra en un estado de emergencia forense.
La protesta concluyó con un llamado a la ciudadanía: no normalizar la violencia y exigir rendición de cuentas. «Si no despertamos, solo quedará contar los cuerpos», advirtieron los organizadores.
