PLAYAS DE ROSARITO, OCTUBRE 28, 2024.- Las adicciones entre niños y jóvenes son un problema creciente que impacta tanto en la salud mental como física de las nuevas generaciones. Sin embargo, para combatir esta situación no basta con enfocarse únicamente en las consecuencias: es esencial dirigir la atención a las causas de fondo.
Existen factores como el entorno familiar, la presión social, los traumas psicológicos, y la falta de programas preventivos como elementos clave que contribuyen a que los menores busquen en las sustancias una salida o una forma de escape. Abordar estas causas no solo ayuda a reducir el riesgo de adicción, sino que también fortalece el desarrollo emocional y social de los jóvenes, explicó Lorena Meléndez Yáñez, presidenta de la Fundación Manos Unidos por Baja California A.C.
Las adicciones en los jóvenes no surgen de la nada; detrás de ellas siempre hay elementos sociales y psicológicos. “Uno de los factores más comunes es el entorno familiar: los niños y adolescentes que crecen en hogares disfuncionales, donde hay violencia, abuso, o negligencia. Estos son más propensos a buscar en las drogas un escape de su realidad. Además, cuando alguno de los integrantes de la familia enfrenta una adicción, el riesgo de que el joven siga ese camino aumenta considerablemente”, señaló Meléndez Yáñez.
La presión social también desempeña un papel crucial. En un intento por ser aceptados o encajar dentro de un grupo, muchos jóvenes se sienten obligados a consumir sustancias, especialmente en la adolescencia, cuando la validación de amigos o compañeros cobra una importancia significativa. “El consumo de drogas o alcohol se presenta como una forma de “demostrar madurez” o de formar parte de una comunidad, sin que el joven esté completamente consciente de los peligros que implica”, añadió.
La presidenta de la Fundación, señaló que para atender de manera efectiva las adicciones, es fundamental comenzar la educación y prevención en edades tempranas. La educación preventiva en temas de adicciones debe estar presente tanto en el hogar como en el ámbito escolar, y es crucial que los mensajes lleguen de una manera clara, accesible y adaptada a la edad de los menores “Los niños deben aprender desde pequeños sobre los peligros de las drogas y el alcohol, y, más importante aún, deben tener un ambiente donde se les enseñe a reconocer y gestionar sus emociones”, reiteró.
Durante el Seminario de Prevención que se llevó a cabo en el COBACH Centro de Playas de Rosarito, Lorena Meléndez dejo claro que el papel de las instituciones educativas es vital en esta tarea. Los programas de prevención de adicciones y las estrategias de salud mental en las escuelas pueden marcar una diferencia significativa.
“Cualquier información que les sirva a los jóvenes es indispensable para su formación. Además, la presencia de nuestras autoridades de los diversos órdenes de gobierno fortalece la confianza entre los estudiantes para solicitar apoyo ante cualquier situación que los ponga en riesgo” Reconoció.
Cuando ya existe un problema de adicción, es esencial tratarlo de manera profesional y sin estigmatizar al joven afectado. Los menores que luchan contra una adicción necesitan una red de apoyo compuesta por familiares, profesionales de la salud, y, en algunos casos, programas de rehabilitación especializados.
“El rol de la familia es fundamental. Muchas veces, los padres, abrumados o incluso avergonzados, pueden reaccionar de manera negativa ante una situación de adicción, lo que solo agrava el problema. En lugar de responder con rechazo o castigos, es crucial que los padres escuchen a sus hijos, comprendan su situación, y busquen ayuda profesional. La comunicación abierta y honesta con los jóvenes, basada en la empatía y el entendimiento, es una herramienta poderosa para que el menor se sienta apoyado y comprenda que no está solo”, añadió.
Atender las causas de las adicciones en niños y jóvenes es una inversión en el futuro de la sociedad. Cuando se aborda este problema desde sus raíces, no solo se previene el consumo de drogas, sino que también se forma una generación de jóvenes emocionalmente fuertes, con la capacidad de enfrentar los desafíos sin recurrir a sustancias que pongan en riesgo su bienestar.
Lorena Meléndez Yáñez, agradeció la enorme labor que realiza el personal de la Guardia Nacional en la difusión de medidas de prevención entre estudiantes de Baja California.