TIJUANA, ENERO 26, 2022/DTJ.- Rodeada de rosas rosas, en un ataúd abierto al público, de cara a los presentes, Lourdes Maldonado yacía con el rostro sereno, sin ninguna mueca, en plena paz. El atardecer en Tijuana la despidió con tonos de color naranja, para abrirle paso al cielo.
Carlos Maldonado Pérez, su amado hermano, aquel por el cual Lubby, vino a Tijuana en 1989 frente su féretro en la funeraria donde cientos de personas fueron a despedirla, también estaba en paz. Y en el tercer piso de la funeraria Gayosso, en la Capilla Magna nos confió:
«…como no tenemos nosotros a quien echarle la culpa, no tenemos un culpable, de su colonia o un vecino, o lo que haya sido; eso se lo dejamos a Dios y a la Ley le dejamos que haga su trabajo. ¡Y se acabó!«.
Afuera decenas de compañeros se habían dado cita, las cámaras prendidas para registrar momento a momento, ante la expectativa de millones de personas en el país y fuera de México que siguen de cerca el asesinato de Lourdes Maldonado y la exigencia, como nunca, de justicia.
Consciente del sentimiento más grande y profundo en un ser humano Carlos Maldonado, el hermano mayor de los cuatro (incluyendo a Lubby) dijo:
«Nosotros bendecimos a las personas que hicieron ese asesinato. Los perdonamos… Porque si tu no perdonas, tu corazón se te va a enfriar«.
Ahí estaban su hermana René y sus dos hermanos Hugo y Carlos, todos rodeados por los comunicadores y amigos que le llevaron rosas blancas también, así como palabras de aliento.
Lubby había vivido acompañada de su mamá hasta hace dos años que falleció. Su hermano Carlos vive en los Estados Unidos, pero por muchos años fue empresario gastronómico con un restaurante de comida típica mexicana en la Avenida Revolución, que más tarde decidiría traspasar, Él mismo, al concedernos una entrevista fue claro al mencionar respecto a la especulación al señalar al ex gobernador Jaime Bonilla:
«No, no, no, no, no… Nosotros no podemos decir eso… No, porque las especulaciones son muy canijas, no. No hay que especular. Mi hermana, la asesinaron, no sabemos de donde venga el trancazo, la Ley que haga su trabajo y Dios que reciba a mi hermana«.
Reiteró que la familia no puede apuntar a nadie para luego agregar:
«…No podemos apuntar a nadie.. Y no por miedo sino que ¿por qué voy a hacerlo?, si no sé»
Finalmente, mientras llegaba cada vez más y más gente nos confió al mencionar «todos los trabajos hay un riesgo, pero ella tenía un riesgo más grande porque se metió a muchas cosas y por supuesto, no andaba en malos pasos«.
La noche se hizo eterna, los comunicadores enviaron sus fotos, sus notas, sus entrevistas a las redacciones de los medios locales y nacionales…
La noticia: los familiares perdonaron al asesino y esperan que las autoridades aterricen sus investigaciones, como lo esperamos todos!
Descansa en Paz Lubby pues Rigo regresó a casa, Chato se lo quiere llevar tu hermana y los otros tres gatos se los disputan en adopción.
Tu corazón esté en paz, que la prensa en el país no te olvida!