TIJUANA, SEPTIEMBRE 14, 2022/Odilón García.- Es impresionante ver a una niña agarrada del cabello de su compañera para estrellarle la cabeza en el piso. Es impactante que los compañeros «no muevan un solo dedo» para evitar la confrontación.
En este regreso presencial a clases, tras dos años de pandemia y clases a distancia, es aún más grave saber que ningún maestro, ningún adulto, nadie intervino para detener la pelea que se prolongó, hasta que una de la adolescente que saca la peor parte, aturdida, seriamente dañada por la proyección de su cabeza contra el piso «se convulsiona».
Más tarde llegaron las asistencias médicas. La Cruz Roja asistió a la menor y la tuvo que sacar del plantel en camilla. El Doctor Jesús Machado, neurólogo por los últimos 40 años ha comentado que todo golpe al cerebro produce daño cerebral que no se cura, de acumula. Los compañeros de la adolescente afectada, alumna del Cobach-Tecate afirmaron que la niña se convulsionó y esta es muestra del daño que sufrió su cerebro a consecuencia de los golpes a la masa encefálica.
El video en crudo (que edité para presentarles este trabajo periodístico) es una verdadera «aberración» al principio de humanidad. La conducta de las adolescentes, obviamente muestran un aprendizaje brutal obtenido en su entorno (ya sea familiar o social). En psicología se sabe que los niños no nacen con estas conductas, sino que son aprendidas de su entorno y son llevadas a su vida personal como su fuera lo correcto, la realidad, lo lógico.
Nada más alejado de la normalidad.
Esta historia nos enseña una parte de nuestra sociedad que luego llega a otras conductas de violencia (violencia según la Organización Mundial de la Salud es el uso intencional de la fuerza contra otra persona, pudiendo causar muchos daños) que terminan en delincuencia en todas sus expresiones.
Llegar a un bachillerato es garantía de formación en los anteriores niveles. Aprendizaje de asignaturas, pero también de valores y convivencia social. Se supone que estos jóvenes están listos para llegar a la vida universitaria de educación superior y luego incrustarse en la sociedad para trabajar, servir, hacer el bien.
Pero eso no es cierto.
Salvo honrosas excepciones, esta, la nuestra, es una sociedad que en una gran generalidad resuelve sus problemas a gritos, manotazos, golpes y hasta asesinatos. La Fiscalía General de Justicia precisa que en este mes de septiembre se han registrado 82 asesinatos, solo en Tijuana y en el año aquí, esta nuestra ciudad un total de mil 375.
El asesinato de Kevin, «El niño de las gelatinas» aparentemente a manos de sujetos que le reclamaron por supuestamente «grabarlos» en su celular cuando hacía una video llamada a un amigo, es otra muestra de esta conducta psicológica agresiva que se ha extendido entre nuestra comunidad a lo largo de décadas de mal formaciones en la educación de nuestra comunidad.
Es imperativo poner en operación un sistema de valores, no solo en las escuelas primarias o secundarias, sino en la propia casa, responsabilizándonos cada quien por la formación honesta de nuestros hijos.
La experiencia Rosaritense:
En la ciudad de Playas de Rosarito, la Secretaría de Seguridad Ciudadana que dirige el Maestro en Seguridad Pública, Francisco Javier Arellano Ortiz atendió un asunto similar hace casi un año y de este incidente derivó un programa preventivo denominado:
Taller de Prevención de la Violencia: tu ME cuidas yo TE cuido
Dirigido a todos los alumnos e impartido por policías municipales dentro del marco de la Cruzada de la Prevención de ilícitos. Gracias a este programa Rosarito no figura, ni por asomo, dentro de los altos índices de violencia que muestran ciudades vecinas como Tijuana.