TIJUANA, DICIEMBRE 26, 2022.- Baja California cuenta con una mina de cobre más grande que la de Cananea, Sonora, por lo que las exigencias de las energías limpias orillarán a la entidad a tener que construir un pueblo minero con todos los retos que esto implica: tecnología, ingeniería, energías y, sobre todo, sin comprometer las zonas naturales protegidas que le rodean.
José Carmelo Zavala Álvarez, director del Centro de Innovación y Gestión Ambiental (CIGA), reiteró que todo ser humano deja una huella ecológica que puede variar de acuerdo a su actividad, capacidad económica y ritmo de vida, siendo muchas de ellas normalizadas y prácticamente imperceptibles.
El uso de combustible al momento de trasladarse de un lugar a otro, o la operatividad de las nuevas construcciones que surgen en la ciudad; el uso de la energía eléctrica o del agua al abrir la llave, representan formas de energía para las que poco a poco se adoptan energías limpias y que comprometan en menor grado al medio ambiente.
“Vamos en camino a la movilidad eléctrica, si volteamos a Norteamérica, veremos cada vez más vehículos eléctricos e híbridos en las ciudades y esta demanda para generar electricidad viene desde fuentes renovables, ya sea solar, eólica o hidroeléctrica”, explicó.
Para todas estas modalidades, es de consideración la necesidad de cobre, donde con su auge, la energía eólica y solar requerirá de 8 a diez veces más de este conductor al tratarse de instalaciones dispersas. Lo mismo ocurrirá con una mayor producción de automóviles eléctricos que implicarán el empleo, en hasta diez veces más.
En la mitad del desierto bajacaliforniano se ubica El Arco, un yacimiento de cobre incluso más grande que el de Cananea, Sonora, en el que eventualmente será necesario crear un pueblo minero. Por si fuera poco, hay que considerar que se ubica en las inmediaciones del Valle de los Cirios, un área natural protegida de flora y fauna.
Por esta razón, es que el integrante del grupo LEAD por el Colegio de México, hace un llamado a las autoridades y la propia comunidad, para iniciar evaluaciones y proyectar hacia dónde se dirigirá esta demanda nacional de cobre.
¿Estamos dispuestos y listos para pagar de forma aceptable, social, política y ambientalmente un nuevo pueblo minero como Cananea en El Arco, Baja California? De ese tamaño es el reto que debemos aceptar y hacer cada vez más visible, pues las grandes urbes como Tijuana, exigen altos números de producción.
Se aproxima una nueva era en la generación de energías y Baja California debe estar preparada para ello.
Si hablamos de piezas claves, entonces hay que mencionar los proyectos de Energía Costa Azul, ya que desde que están operando en Ensenada, la calidad de vida y economía en general, han mejorado. Lo mejor es que lo hacen a través de producir energías limpias.