La frontera norte es un espacio geográfico, comercial, cultural y social, que ni Washington, ni la Ciudad de México (capitales de Estados Unidos y la República Mexicana) comprenden. Durante mucho tiempo hemos tenido que luchar contra las autoridades federales, los empresarios nacionales y con el público general del país, que no ha comprendido ni comprenden las características especiales de la frontera. Bueno, nos entienden más las autoridades de California, que los funcionarios federales mexicanos. Éstos siempre han creído que estábamos subsidiados, que éramos una sociedad protegida y de privilegios.
No sabían bien a bien hace algunos años quienes éramos los fronterizos.
Sí, es cierto, somos una sociedad especial, que ha sabido dominar el desierto y convertir en tierras prósperas y productivas lo que no tenía valor. Somos un grupo de hombres y mujeres que no temen a la adversidad. Somos personas trabajadoras e inconformes.
Nosotros no nos sometemos a los problemas, los enfrentamos y los vencemos.
Nosotros hemos aprendido a competir con California, la quinta economía del mundo y muchas veces les ganamos. Aquí se practicó el libre comercio desde siempre, cuando en México no sabían qué era eso, cuando el resto del país era una economía cerrada y protegida, en la cual los consumidores mexicanos no tenían otra opción que consumir artículos mexicanos, muchos de ellos de mala calidad, con lo cual se premiaba la ineficiencia del sector industrial nacional.
Nosotros comerciamos con Asia desde hace muchos años y la comunidad china de Baja California es una de las más fuertes y productivas del país. Pero desde Luis Echeverría (1970-1976), no sólo nos olvidaron los gobiernos federales, sino nos castigaron. Innumerables veces, el gobierno y sociedad bajacalifornianos nos enfrentamos a ridículas medidas que quisieron imponer desde el centro y que nos dañaban.
Echeverría nos ayudó, porque nos comprendía, había vivido en Tecate y había sido secretario particular del gobernador del entonces territorio de la Baja California, el General Rodolfo Sánchez Taboada, por eso hizo mucho por nosotros:
La canalización del Río Tijuana, que no solo resolvio parte de la pobreza en cartolandia y las permanentes inundaciones en Tijuana, sino ademas nos dio viabilidad urbana. La transpeninsular, la desalinización del Río Colorado, fueron algunas de las muchísimas medidas.
Ernesto Zedillo(1994-2000), por ser de Mexicali, también ejecutó medidas importantes que hoy son polos de desarrollo, como el nuevo puerto de Ensenada, la rehabilitación del distrito de riego de Mexicali o la carretera de dos carriles a Mexicali, así como casi la mayoría de las modernas vialidades de las ciudades de Baja California.
En contraste, Enrique Peña Nieto nunca nos comprendió ni nos quiso.
Las medidas que aprobó su gobierno nos castigaron y nos hicieron perder competitividad. La desaparición de la zona fronteriza, elevar el IVA del 10% al 16%, los decretos de comercio exterior, son algunas medidas que dañaron a nuestro estado. Peña nunca nos entendió. Le temía a los bajacalifornianos. Vino muy pocas veces a nuestro estado y siempre alejado de las urbes, del pueblo, así era el temor al rechazo. Pero no hay mal que dure 100 años; ya se va.
Viene Andrés Manuel López Obrador (AMLO) como una luz en las tinieblas. Él, a pesar de ser del extremo sur, del estado de Tabasco, nos conoce bien, nos comprende y nos quiere ayudar. Su apuesta es que en los 3000 kilómetros de frontera con Estados Unidos, promover el desarrollo tecnológico y crear miles de empleos bien pagados.
En sus palabras, pronunciadas en Ciudad Juárez:
“hacer un gran plan de desarrollo urbano, se van a escriturar predios, mucha gente no tiene papeles porque el gobierno no ha regularizado su situación. Se van a entregar escrituras públicas. Agua potable, drenaje, pavimentación, escuelas, hospitales, obras y servicios”.
Su reciente anuncio de invertir 10 mil millones en la frontera, nos llena de esperanza, Pero, además que eso, está decidido de proponer al Congreso, que baje el IVA del 16% al 8. Bajar el impuesto sobre producción y servicios(IEPS), para que los precios de la gasolina, electricidad y diésel estén a la par de los precios norteamericanos y no más caros como hasta ahora.
Reducir el Impuesto sobre la Renta (ISR), el que pagamos por nuestros ingresos personales del 35% al 20% y establecer una nueva zona libre, entre 20 o 30 kilómetros de la frontera con EU, moviendo las actuales fronteras tierra adentro, algo nunca antes visto, pues en esa franja se podrá actuar , comprar, comercializar , sin control o supervisión de la autoridad.
Seguro que la libre importación de autos en la zona fronteriza será una nueva realidad, con lo que muchos fronterizos se beneficiarán. Estas medidas y otras más fortalecerán la competitividad de nuestra economía frente a las extranjeras, tanto de Estados Unidos como de Asia. Nos devolverán nuestro poder adquisitivo y crearán mejores condiciones de vida. Pero también y casi tan importantes como las anteriores, es su compromiso de hacer de la frontera norte de México, la última defensa de la dignidad mexicana, crear nuevas condiciones económicas, sociales y culturales, entre ellas, elevar el salario mínimo, para que los mexicanos no vayan a otro país a engrandecer su economía. AMLO quiere que se sumen al gran esfuerzo nacional de hacer de México una gran potencia mundial, con justicia social, libre de corrupción y de impunidad, más democrática y más igualitaria. Vale la pena apoyar este gran esfuerzo.