TIJUANA, AGOSTO 19, 2019.- Portar un trapo que no deja ver ni el rostro, la identidad es un acto cobarde. Escudarse en una careta para hacer desmanes no sólo es un acto de cobardía sino de la más vulgar perversidad. Aquí no se trata de ser hombre o mujer sino vándalo y esta manera de «protestar» no es otra cosa que destruir, mancillar, burlar la autoridad, pero sobre todo esconder sus malas intenciones frente a la opinión pública que carecería de medios para llamarles a cuentas.
El presidente de México hizo un llamado esta mañana a la paz, nuevamente a portarse bien, a la cordura:
Pero ¿qué es eso?
En una sociedad en la que se olvidaron, en la última década, las razones para manifestarse y cómo hacerlo es importante recordar en qué consisten las acciones de protesta «no violenta».
De acuerdo con algunos autores:
La noviolencia persigue comportamientos que no son habituales en las maneras y costumbres de la población.
Se trata de provocar la atención a través de la sorpresa.
Es una forma de afirmar la disconformidad con una práctica que se considera injusta.
La noviolencia utiliza actos de omisión (donde se rechaza realizar acciones socialmente aceptadas o de obligado cumplimiento por ley o normativa); actos de comisión (cuando, por el contrario, se realizan acciones contrarias a la costumbre o prohibidas); o una combinación de ambos.
Y aunque esta práctica la popularizó (Mahatma, alma grande) Gandhi su desarrollo y aplicación data del inicio de la civilización china cuando lo monjes shaolin aprendieron a desesperar a sus agresores al esquivar sus golpes. Si bien no oponían resistencia como lo hace el Karate Do, solo se movían de manera ágil a fin de que el contrincante no les tocara, ni siquiera les rosara con los puños, lanzas o patadas. No oponer resistencia, pero tampoco enfrentarse hacía que el contrincante que se desesperaba y terminara hendiendo su lanza o cuchillo en él mismo.
En la política Gandhi descubrió que en el silencio, la desobediencia civil, el no responder los garrotazos, tenía un gran efecto en el vcrdugo que se sentía sucio por agredir y ante la opinión pública mundial solo exhibía maldad injustificada.
Los movimientos de Gandhi cobraron fama mundial por su gran inteligencia y apego a lo justo.
Otro de los grandes luchadores sociales fue, sin lugar a dudas el reverendo Martin Luter King que tuvo un sueño en el que los negros dejaban de ser perseguidos por los blancos radicales.
Tanto Gandhi como Luther King murieron asesinados por fanáticos. Pero su lucha tuvo grandes dividendos aquií el discurso pronunciado frente a una muchedumbre a la que arengaba a «no tener miedo» a continuar con su movimiento, pero reconociendo en el blanco un amigo jamás un enemigo.
Recordemos su voz:
Y este es el contraste: