
TIJUANA, MAYO 8, 2025.- En los últimos años, el ecosistema empresarial global ha experimentado transformaciones vertiginosas, como los rápidos avances tecnológicos, la reconfiguración de las cadenas de suministro hacia esquemas regionales y tensiones geopolíticas en el comercio internacional, provocando un entorno volátil, incierto y complejo, en el que las empresas mexicanas enfrentan un doble reto: sobrevivir y construir estrategias sostenibles de largo plazo.
Este panorama mundial coloca a la nueva generación de empresarios en una etapa crucial, en que les toca definir la visión de sus compañías, construir su institucionalidad, consolidar equipos de alto desempeño y, sobre todo, contribuir desde sus trincheras a un México más competitivo, incluyente y desarrollado. Sin embargo, para lograrlo es indispensable una agenda de productividad clara y compartida entre sector público, privado y sociedad civil, consideró Alfredo Ortiz, presidente de la Comisión Nacional de Empresarios Jóvenes de Coparmex.
Es por ello que el líder empresarial hizo un llamado contundente a enfocar los esfuerzos nacionales en elevar la productividad, particularmente en las micro, pequeñas y medianas empresas (MiPyMEs), en lugar de que el debate gire en torno a reducir la jornada laboral.
“La pregunta de fondo no es si debemos trabajar menos o más, sino cómo podemos trabajar mejor”, apuntó Ortiz, citando datos de la OCDE que señalan que la productividad de las MiPyMEs mexicanas —responsables de más del 95% del empleo nacional— es apenas una quinta parte del promedio de las empresas en otros países miembros del organismo, posicionándose entre las más bajas. Esta situación, explicó, se ha mantenido prácticamente estancada desde los años 90, mientras otras economías han experimentado avances significativos, en promedio las economías de la OCDE han crecido más de un 40% su productividad desde los años 90.
Ortiz subrayó que la clave para una transformación real radica en profesionalizar e institucionalizar a las empresas, integrarlas a cadenas de valor, facilitar su acceso al crédito, formalizar sus operaciones mediante incentivos y aplicación de la ley, así como fortalecer las capacidades de sus líderes y colaboradores.
El líder empresarial insistió en que una discusión sobre la reducción de la jornada laboral debe tener lugar solo cuando existan condiciones de productividad sólidas, no como un supuesto detonante, sino como resultado de una evolución estructural.
“No rehuimos al cambio; al contrario, lo impulsamos. Pero debe construirse con diagnósticos sólidos, responsabilidad compartida y visión de largo plazo”, enfatizó Ortiz, reiterando el compromiso de los jóvenes empresarios con la transformación del país. “México no necesita trabajar menos; necesita trabajar mejor, y hacerlo juntos”, finalizó.