-Que nadie se mueva! Las cosas sigan como estaban para Juan Manuel Gastélum y Fermín García (uno del PAN otro del MC) Esa fue la instrucción vertida por magistrados electorales en Guadalajara que devolvieron el color a la campaña de estos dos partidos rumbo a la alcaldía en Tijuana. Allá en Mexicali, Gustavo ya sabía que no lo iban a mover pues es la carta más poderosa para el Ayuntamiento capitalino en tanto que para el Movimiento Ciudadano cambiar gallo en Tijuana el hijo del Pastor Fermín García (QDEP) era igualmente Misión Imposible.
Pero quien cimbró a los señores políticos en estos dos partidos fue sin duda la nueva regla de incluir a la mujer en la política de manera cuantitativa pero más importante que esto CUALITATIVO. En pocas palabras repartir las rebanadas de pastel del mismo tamaño pero igualmente dar las más sabrosas equitativamente a la mujer porque algunos pedazos del pastel son más ricos que otros. No dar migajas a las damas, diría con solidez.
Y es que, con todo respeto, es injusto comparar ser alcaldesa de Tijuana que de Rosarito o Tecate, incluso de la ciudad de Ensenada. Por número de habitantes el presupuesto, para empezar es mayor, las proyecciones socio-demográficas muy diferentes y en general hasta los problemas de seguridad son otros, ya ni siquiera hablar de los compromisos internacionales y la presencia de inversiones internacionales.
Este es el motivo por el que las damas se inconformaron (y esto no tiene nada que ver con los candidatos hombres) otorgaron tres candidaturas para las mujeres (en la anterior elección fueron dos) pero les dieron las ciudades más pequeñas para reservar las más grandes e incluso las que gobierna actualmente un partido político, para los hombres.
Esta no es la guerra de «los» contra «las» pero en el fondo estamos tan acostumbrados a dejar a la mujer atrás que en automático pretender un equilibrio es tanto como una declaratoria de guerra (para algunos políticos).
Recuerdo vívidamente en 2015 cuando las diputadas Laura Torres Ramírez, Rosalba López Regalado, y Mónica Bedoya Serna solicitaron a los diversos partidos políticos garantizar paridad entre géneros en elecciones a munícipes, por lo que propusieron y más tarde reformaron el Artículo 5 de la Constitución Política del Estado, con la intención de incorporar la paridad de género en la Constitución local, por lo que hace referencia a candidaturas a munícipes, con el objeto de desarrollar los principios de alternancia y paridad de género en el terreno de los derechos político-electorales, en base a los instrumentos nacionales e internacionales en los que México ha sido participe hasta la fecha.
Y lo basaron en que SORPRÉNDASE: la Constitución General, en su artículo cuarto, sostiene que el varón y la mujer son iguales ante la ley, lo que constituye una apreciación generalmente aceptada; que la igualdad de mujeres y hombres, ha tenido una especial consideración y transformación en el derecho mexicano.
Más aún en el numeral 41 de la nuestra constitución federal se contempla que los partidos políticos tienen como fin promover la participación del pueblo en la vida democrática, contribuir a la integración de los órganos de representación política garantizando la paridad entre los géneros, en candidaturas a legisladores federales y locales.
Estaba naciendo el impulso a la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres en Baja California, muchos no le entendieron y pensaron que era una iniciativa más. Jamás se imaginaron que este paso generaría muchos problemas entre misóginos de la política y que esta inofensiva COMISIÓN DE EQUIDAD daría frutos que a pesar de haberlos promovidos y autorizados serían pisoteados al menos por varios años después de su proclamación.
La realidad es que en esta elección se habrá avanzado un poco más, pero lo mejor está por venir porque el Congreso deberá estar constituido en una proporción de 50-50 sin embargo aún no se alcanzará la cifra y tal vez deberán pasar muchos años hasta que de los 25 diputados 13 sean mujeres 12 hombres y se llegue a alternar de una a otra legislatura, pero se logre además ver en las alcaldías alcaldesas en tanto se prepare el reparto de puestos en igual proporción para la mujer en las carteras de funcionarios y funcionarias de primer nivel.
Lo importante es romper con el machismo político heredado e incrustado en la historia de nuestro México.