PLAYAS DE ROSARITO, JUNIO 30, 2021/DTJ.- Muy temprano comenzó la demolición… Maquinaria pesada terminó de tirar las viejas paredes, techos picados por el paso de 25 años de abandono, delincuencia e impunidad.
La administración de Araceli Brown Figueredo se coloca en la historia de Playas de Rosarito como la primera y única en decidir resolver de una vez por todas este grave problema al apoyar a su policía para desarticular este punto y cumplir así con la prevensión de delitos y anomalías. Las demás administraciones, dejaron pendiente este sitio de delincuencia por temor, falta de asesoramiento legal o complicidad. Así pasaron 25 años de impunidad y refugio para delincuentes de toda índole en estos edificios que servían de refugio a los infractores y delincuentes mayores.
Siendo las 08:00 horas, de este lunes 29 de junio, inicio la demolición de los edificios abandonados de la Plaza San Fernando, ubicados sobre Bulevar Benito Juárez en Zona Centro. Un punto identificado como de mayor incidencia delictiva en el municipio. Los trabajos fueron resguardados, el lugar, por personal de la Secretaria de Seguridad Ciudadana.
Esta mañana el Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Francisco Javier Arellano Ortiz, comentó en entrevista radiofónica que la voz de la comunidad que ha denunciado por años este foco de la delincuencia fue finalmente escuchada y bajo la acción de la Fiscalía General de Justicia de Baja California, con el apoyo de los comités de vecinos, la decisión de la alcaldesa, el apoyo de la policía municipal se hizo jsuticia, luego de más de dos décadas.
En esta construcción abandonada y abierta al paso de delincuentes se cometieron desde robos, agresiones sexuales, venta de drogas, homicidios y todo tipo de conductas en contra de la sociedad, amplió el jefe policíaco.
Aunque aparecieron tres o cuatro supuestos dueños que amenazaban con demandar por «daños» en la obra negra vandalizada, quemada por malandrines, al final de cuentas no se presentaron para reclamar el foco de contaminación que también era este punto donde asaltantes intercambiaban, vendían o quemaban los artículos o sobrantes de lo que llegaban a hurtar.
Con esta acción se ha logrado asentar un importante precedente para quienes gozaban de impunidad en medio del desorden y la protección que daba una vieja construcción en ruinas que amenazaba la paz y cordialidad en el municipio turístico de Playas de Rosarito.