Se dispara 218% el costo de la vivienda en BC en una década, dice el Centro de Estudios Económicos

Somos además el estado con el precio más elevado de vivienda de interés social en la frontera norte del país, indica el presidente del organismo, Luis Roberto Valero Berrospe

TIJUANA, FEBRERO 24,2025.-Con un incremento del 218%, el precio de la vivienda en Baja California alcanzó su mayor nivel en una década, al cierre del 2024, al pasar de 609 mil 503 pesos el precio promedio de una casa de interés social, a 1 millón 938 mil 669 pesos, dijo Luis Roberto Valero Berrospe, presidente del Centro de Estudios Económicos de la entidad.

Y por si esto fuera poco —puntualizó—, Baja California es el estado con el precio medio de vivienda más alto entre todas las entidades de la frontera norte. Al otro extremo, en Tamaulipas, el costo promedio de la vivienda se ubicó en 1 millón 022 mil 106 pesos, casi la mitad que en nuestro estado.

En la entidad, poseer una vivienda propia cada vez es más difícil y el porcentaje de familias rentando casa se ha disparado en una década también, al pasar del 28.5% en el 2010, al 41% en el 2020, puntualizó. En los 90s el acceso a un crédito hipotecario era relativamente sencillo, por los altos ingresos, pero luego de varias crisis económicas no solucionadas, el porcentaje de hogares que renta ha crecido, sin que haya políticas reales para revertir la situación, señaló Valero Berrospe.

Puntualizó que a esto se debe el que el 40% de los créditos solicitados son para mejoramiento de vivienda, los cuales crecieron 179% entre 2014 y 2024, mientras que el financiamiento para la adquisición de vivienda se contrajo 70% en el mismo lapso.

El mejoramiento está vinculado con ampliaciones para dar espacio a hijos recién casados que están imposibilitados para comprar o enfrentan alquileres muy elevados por los bajos salarios, explicó el presidente del CEEBC.

Otro problema que vive la entidad es el rezago habitacional, en donde somos también la entidad con la mayor carencia de vivienda digna entre los estados de la frontera norte. Un estudio de la Sedatu, señaló Valero Berrospe, reconoce que “los bajos salarios de las familias es uno de los principales factores que provocan el rezago habitacional, al limitar las opciones para adquirir casa”.

Esto explica de alguna manera, enfatizó, el por qué cayó la demanda de vivienda: en un entorno de miseria salarial, con casi un millón 200 mil ocupados ganando solo 2 Salarios Mínimos en promedio, “comprar casa es una quimera”.

Detalló que por municipios Tijuana registra 185 mil 603 viviendas con rezago, el 33%; Mexicali tiene 140 mil 963 unidades que representan el 43.3% y Ensenada, 76 mil 033 que representan el 54.6%. El rezago habitacional “caracteriza y cuantifica a las viviendas en situación de precariedad, tanto en su construcción como en su condición de habitabilidad”.

Un factor que muestra la  es el índice de cartera vencida de los créditos hipotecarios, manifestó, y el Infonavit cerró el 2024 con las cifras más altas de cartera vencida; en número de créditos alcanzó los 36 mil 333, un 94.5% más que en el 2018 y 6.5% comparado con 2023.

Por monto la cifra se elevó hasta 14 mil 890 millones de pesos, un 128% por encima del 2018 y 9.9% más que en el 2023: obviamente, resaltó, la gente no deja de pagar por su gusto y en este caso no se puede culpar solamente a la pandemia.

Luis Roberto Valero Berrospe sostuvo que adicionalmente, la poca vivienda accesible de que dispone la entidad, a la larga resulta más cara porque están lejos de los centros de trabajo y el gasto de traslado en horas es muy alto; el Banco Interamericano de Desarrollo señaló, desde hace dos décadas, que Mexicali y Tijuana “constituyen el más atroz ejemplo de urbanización caótica”, a lo que se agrega la pésima ingeniería de tránsito.

El congestionamiento urbano le cuesta a Tijuana más de 2 mil 700 millones de pesos anuales, el quinto más alto del país, según el IMCO, mientras que el gasto en transporte se ha disparado y hay un pésimo servicio que se refleja en la pérdida de 1,000 horas/año en traslados, y más vehículos particulares circulando, a lo que el trabajador debe agregar el gasto en alimentos al no poder ir a comer a casa. El resultado final es el abandono de las viviendas.

El presidente del Centro de Estudios Económicos en la entidad resumió la problemática habitacional de Baja California indicando que cuatro de cada diez ocupados son informales, y el 50% de los formales gana un tope de 2 Salarios Mínimos, y además de que comprar casa nueva cuesta mucho, también lo es equiparla: clósets, cocina, baño, arreglar pisos, etcétera.

Ante este panorama, urgió en la necesidad de establecer programas de reordenamiento urbano, desconcentrar la oferta de trabajo con relocalización de empresas, y mejorar la infraestructura vial, entre otros aspectos del desorden que hay.

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